martes, 30 de agosto de 2011

Tercera Parte: La Idea, Liderazgo y Coyontura (Sintesis).

El presente ensayo se encuentra en el  libro que lleva como título: Democracia Indispensable, Ensayos sobre la Historia del Partido Acción Nacional; Autor: Alonso Lujambio en coautoría con Fernando Rodríguez Doval; Editorial DGE/ Equilibrista; Primera Edición, 2009; Pág. 19 – 68.

La Coyuntura

          La polarización ideológica y política, tanto nacional como internacional, es el sello de los últimos años de la década de los treinta del siglo XX. Su origen se remonta años atrás, en el inicio de la pugna entre comunismo, fascismo y liberalismo; la Iglesia Católica, por su parte, había promovido desde finales del siglo XIX su doctrina social, a través de la cual instruía a sus fieles a organizarse a fin de participar en política para construir un orden social acordes a las enseñanzas del evangelio, y que pudiera construirse como una suerte de tercera vía en un mundo polarizado y profundamente dividido…

          Definir el rumbo político de México a finales de los años treinta será una tarea tan apremiante como compleja. El gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940) ha impulsado políticas de gran calado y envergadura: reinicia la distribución de tierras entre los campesinos dándole un fuerte impulso a la reforma agraria, apoya un número espectacular de huelgas para demostrar que el Estado intervendrá en las relaciones de producción como actor en la economía nacional y promueve la organización corporativa de campesinos, obreros, burócratas e incluso militares en el nuevo Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938. El periodo cardenista implico una enorme concentración del poder que logro apoyos generales como el que supuso la nacionalización del petróleo en 1938 pero también una reacción en contra de diversos grupos sociales. Las diversas medidas económicas, políticas y sociales tomadas por el gobierno de Lázaro Cárdenas no estuvieron exentas de polémica. Importantes sectores de la sociedad vivieron con honda preocupación las acciones del gobernó, cuya intención expresa de reactivar el espirito revolucionario, en un mundo profundamente polarizado e ideologizado, tuvo como consecuencia una marcada división en la sociedad mexicana. Surgen en consecuencia innumerables grupos como reacción al cardenismo como la Acción Cívica Nacional, la Acción Revolucionaria Mexicana, la Confederación de la Clase Media, la Unión Nacional Sinarquista, el Partido Revolucionario Anticomunista (etc.)…

          Dice Manuel Gómez Morin en su discurso de inauguración de la Asamblea Constitutiva de septiembre de 1939 que:

Es tiempo ya de hablar de “Acción Nacional”, de sus orígenes, del desenvolvimiento que ha tenido hasta hacer posible y necesaria la reunión de esta Asamblea. (…) El país entero después de un letargo apenas ininterrumpido hace diez años, siente el despertar de la conciencia ciudadana, como la sintió en 1909, pero tal vez con mas extensión y seguramente con mas hondura, pues no en vano transcurrieron estos 30 años y nunca como ahora han sido graves los problemas de México…

          …Gómez Morin redacto un memorando con las ideas esenciales de una organización de partido… La tarea no será sencilla: Gómez Morin no podrá ser candidato presidencial por ser hijo de español, el PAN será una fuerza marginal, apenas emergente, y deberá decidir en septiembre de 1939 a que fuerza política ofrece su apoyo. Las opciones reales de oposición  eran abanderadas por caudillos escindidos de la elite revolucionaria…

         Desde finales de 1938 ya se perfilaban algunos precandidatos a la presidencia de la republica deseosos de ser ungidos como candidatos del Partido de la Revolución Mexicana (PRM): el general Rafael Sánchez Tapia, el general Juan Andreu Almazán, el general Manuel Ávila Camacho y el general Francisco J. Mujica… Ávila Camacho y Mujica se perfilan como los más serios contendientes. Ávila Camacho asociado más a una posición centrista y Mujica vinculado a la izquierda y proclive a continuar la política cardenista. … cinco semanas antes de la Asamblea Constitutiva del PAN de los días 14 a 17 de septiembre de 1939, los crecientes apoyos recibidos por Ávila Camacho convencen a Mujica de la inutilidad del esfuerzo: el 8 de agosto… renuncia a su pretensión de ser candidato presidencial. Se allana así, desde agosto, el camino, en definitiva, para Ávila Camacho…

         Los debates de la Asamblea Constitutiva del PAN de septiembre de 1939 expresan el temor –dado que el avilacamachismo triunfante todavía no se define por un “programa de rectificaciones”- de que, aun con la derrota de Mujica como claro continuador de la política cardenista…

          El combate político en las elecciones presidenciales de 1940 tiene, por otra parte, en el frente opositor la construcción de una candidatura de Juan Andreu Almazán…

         …La Asamblea Constitutiva del PAN en septiembre de 1939 está por lo tanto sellada por el momento que vive la construcción de una candidatura opositora para las elecciones de 1940. Esto es clave para entender los que se discute en la Asamblea y la posición de Gómez Morin…

         …hacia septiembre de 1939 no existe propiamente un bloque opositor si no un conjunto de fuerzas divididas cuya incapacidad para cohesionarse milita obviamente a favor de Ávila Camacho… El PAN tiene en septiembre que definir en septiembre una posición en torno al proceso electoral y sus candidatos. Y lo hará como se verá más adelante, si bien los tres bandos importantes (sancheztapistas, amaristas y almazanistas) mantendrán su división a lo largo de 1939…

          Todo lo que rechazaba Gómez Morin era dominante en ese momento histórico: caudillos militares apostando con todo a la coyuntura, ningún programa político claro, ninguna visión de largo alcance. No será, por otro lado sino hasta enero de 1940, cuando surja el llamado Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUM) para intentar unificar a la oposición en torno a Almazán… Es de subrayarse todo esto porque Gómez Morin no quería, y lo expreso una y otra vez, que se apoyara a un caudillo sin programa o de programa ambiguo… Dejarse llevar por el hervor del momento podía terminar con la posibilidad de sobrevivencia del partido que apenas nacía. Pero Gómez Morin había, con su convocatoria, llamado a la acción, no a la inacción… Gómez Morin estaba atrapado por su propia estrategia: convocar a la formación de un partido en septiembre de 1939 en la coyuntura electoral de 1940 sin proponer una acción electoral concreta podía llevar al fracaso. Así planteo Gómez Morin el dilema político central que la Asamblea debía resolver:

Dos caminos se abren, pues desde su iniciación, ante Acción Nacional: uno, el de intervenir desde luego en la vida política no solo en cuanto se refiere a una posición doctrinal o programática, sino como participación en la lucha concreta que, dado a nuestro sistema constitucional, es la ocasión indicada para poner término a régimen con el que se está en desacuerdo; otro, el de tomar parte en la lucha electoral y concentrar el esfuerzo en la actividad de programa y de doctrina, no limitándolo por supuesto a un trabajo de academia, sino dándole, desde luego, la orientación y el carácter de una actividad política decidida; pero sin intervenir como grupo en la campaña. (…)

         Durante la Asamblea Constitutiva, la Comisión de Actividades Políticas, que preside Fernando Ocaranza, ex rector de la Universidad, resuelve por unanimidad participar en la actividad política, pero se decide que sea el pleno de la Asamblea quien defina los términos de esa participación, es decir, si implicara tomar parte en las elecciones con un candidato propio o no. la Asamblea se convierte entonces en Convención.  Gómez Morin sugiere que se inicie el debate a partir de una proposición en la que se pide que Acción Nacional no postule candidato; minutos después, Gómez Morin retira su propuesta a fin de garantizar su imparcialidad como presidente de la Convención, pero Efraín González Luna pide que se retome como propia de la delegación de Jalisco. La Convención rechazara, finalmente, la posición abstencionista, inmersa por supuesto en la lógica de la competencia electoral del momento, con 86 votos en contra y 40 a favor. Acción Nacional decidía en 1939 participar con candidato presidencial en las elecciones de 1940. La discusión fue larga, y extraordinario su nivel. Es un debate histórico, sin duda, para acción Nacional. … Entre los abstencionistas que seguían la posición de Gómez Morin, destacan los argumentos de Efraín González Luna:

(…) Acción Nacional no puede estar ligada a un episodio electoral nunca. (…) Mientras en México no exista conciencia política, hábitos políticos y doctrina política, las calenturas políticas no nos llevaran a ninguna parte.

         Los participacionistas por su lado argumentaban que el PAN debía canalizar en las urnas los reclamos de una ciudadanía agraviada. Y si no lo hacía no tendría futuro. Dijo Molina Font:

Se nos dice que manteniéndonos aparte de las luchas electorales puede (el partido) continuar su labor de difusión y se nos hace entrever la esperanza de que de aquí a décadas, a siglos, llegemos a triunfar. ¿Puede esperar nuestra patria por décadas, por siglos, el concurso de sus hijos para salvarse? (…)

         Todo será inútil. Dos tercios de la Asamblea se inclinaran por participar y un tercio por abstenerse de hacerlo, Gómez Morin dice aceptar “lealmente” la decisión de la Asamblea, pero no puede dejar de señalar el riesgo que supone la decisión tomada: parece tener en mente todo, el tiempo, la campaña Vasconcelista de 1929. Dice Gómez Morin antes de hacerle una sorprendente propuesta a la Asamblea:

(…) Recuerdo la otra ocasión que he mencionado y que es para mí particularmente cara: la dolorosa aventura de 1929. (…) ¿Cuál fue la razón del intento de 29? El justo deseo de remover el pantano moral en que México se encontraba; de levantar cuando menos la esperanza ante una Nación inmóvil; conmover la conciencia nacional que parecía perdida. Y entonces cometimos un error: en vez de hacer la intensa y ardiente campaña de apostolado, limpia de todo interés personal, absolutamente pura y desinteresada, pensando solo en los valores de la patria, nos dejamos llevar por la ilusión de que la actividad electoral era… el instrumento único que se ofrecía a nosotros. (…) ¿Para que hacer la historia de esos días? ¿Qué algo quedo a la Republica? Mucho, señores. Acción Nacional nació en 1929.

         “Acción Nacional nació en 1929”, afirma categórico Gómez Morin y, temeroso de repetir la dolorosa experiencia de entonces, sostiene:

(…) En 1929, por la decisión absurda de ir a una actividad electoral inmediata, por usar ese instrumento que parece tan fuerte y es tan mezquino para un fin tan grande, como el que ahora buscamos, se comprometió definitivamente el éxito de la acción. Si en 1929 se hubiera hecho un partido de principios permanente, si en vez de la preocupación de la elección inmediata y del grito de rebelión y de esa neurosis de escaramuza a que González Luna se refería hace un momento; si en vez de dejar suelto el muy humano instinto de actuar inmediatamente, hubiéramos pensado en lo esencial, (…) Y eso es lo que vamos a ser ahora: vamos a jugar un albur con truhanes profesionales y cartas marcadas.

         Gómez Morin acepta, se insiste, la decisión de la Asamblea pero les propone no apoyar a Almazán… Anticipa los argumentos en contra y dice que habría quienes objeten la propuesta porque acudir con un candidato propio supondrá dividir todavía más la oposición. “objeción ridícula, señores, porque la oposición no existe”, argumenta y sigue enfático: “Hace seis meses venimos sintiendo la necesidad de encontrar en ella hombre e ideas”. Hombres se cuentan con los dedos de una mano, dice, pero “las ideas no las hemos podido hallar. Afirma que la oposición en México no tiene “ni cabeza, ni corazón, ni hombre”. Gómez Morin se queja de tener, en la baraja de opciones, únicamente a recién desprendidos de la clase política revolucionaria y alega:

(…)…Vamos a tener un candidato. (…) Creo que los hombres no bastan para salvar al país, creo que lo único que puede salvar a los países, y en todos los tiempos, son las ideas, pero si todavía pensamos que solo puede salvarse por un hombre, procuremos que el hombre que ofrezcamos sea una viva interpretación de la nobleza, de la generosidad de nuestras ideas. Vamos pues  ala lucha electoral. (…) y la persona adecuada, señores, en cuyas manos estará a salvo el futuro nacional, ese hombre que necesita Acción Nacional, como partido, proponer a la Republica, es… Efraín González Luna.

          El primer sorprendido fue, desde luego, Efraín González Luna. … La reacción de González Luna sugiere, por lo pronto, que no hay un acuerdo entre ambos para presentar su candidatura. De hecho González Luna rechaza la propuesta y entonces no le queda a Gómez Morin sino reconocer la evidente inclinación de la Asamblea por Juan Andreu Almazán, quien finalmente fue apoyado por Acción Nacional…

          Como bien lo vaticino Gómez Morin, las elecciones presidenciales de 1940 se caracterizaron por la irregularidad y el abuso… Medina Peña afirma que en el campo funcionaron los tradicionales mecanismos de control.

          Total: oficialmente el candidato Ávila Camacho recibió 2 476 641 votos (el 94 %), Almazán 151 101 (el 5.7 %) y Sánchez tapia 9 840 (el 0.3 %). El PRM aplasto con toda la fuerza de su aparato, y su mensaje fue claro: quien quiera en verdad hacer política, que la haga en las filas del PRM. Fuera del PRM, nada… nada de nada. Esta era lo pobre democracia de la que hablaba Gómez Morín y González Luna cuando se discutía si se participaba o no en la liza electoral. … El PAN, con todo, sobrevivió a la escaramuza de la etapa final del régimen cardenista y el 1ro de diciembre de 1940 presenta por primera vez candidatos a la presidencia municipal en dos grandes ciudades del país: Guadalajara y Monterrey. Lo hará también, ese mismo día, en Tampico. Empezaba así el largo periplo histórico de Acción Nacional, el partido de oposición más importante al régimen autoritario más institucionalizado y longevo del siglo XX.









        




sábado, 13 de agosto de 2011

Intervencion en la Camara de Diputados: 1o de septiembre de 1991


Abel Vicencio Tovar
SEÑOR PRESIDENTE,

SEÑORAS Y SEÑORES LEGISLADORES,

SEÑORAS Y SEÑORES

Con razón se ha limitado el tiempo de estas intervenciones. Y digo con razón señores, porque el tiempo mismo, como oportunidad para el mundo y para este país, es limitado.

Las oportunidades no se multiplican ni se rehacen, en estos días al término del ejercicio legislativo, escucharemos el informe del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Muy probable es que se volverá a hablar del futuro, y de aquello que se desea, que se tiene enfrente, que se encuentra en un lugar al que se quiere llegar.

Pero en México, durante muchos años, hemos cometido el error de ligar el futuro con los compromisos del presente y de usar para nuestra proyección para el futuro, la contaminación de las realidades y de los fracasos del presente. Palabras, se podrán decir muchas pero es difícil que los hechos sean siempre una coincidencia directa de las palabras presidenciales, según la experiencia que se ha tenido en este país. Se han usado muchos estereotipos, estereotipos que se fijan en el presente y se proyecta, aunque no queramos, hacia el futuro.

La revolución, por ejemplo, con el respeto que a todos nos merece, este movimiento histórico que da paso a la modernidad, pero ya es tiempo que levantemos la vista y nos digamos qué queremos decir con “revolución”, porque, señores, una revolución que después de 80 años requiere ser reiteradamente nombrada como recurso desesperado para poder subsistir, o fracasó rotundamente o cambió sus objetivo, tal vez traicionando los originales, esto tenemos que acabarlo.

Se hablará ciertamente de modernidad, pero aquí hay una alternativa: ¿Se hablará de modernidad simplemente para disfrazar el presente o con el propósito de comprometer al futuro? Esto queda en el ámbito de una intención que es difícil juzgar. Por otro lado señores, en este país, de presidencialismo muy eficaz y muy determinante, el informe, en términos generales, creo que ya lo conoce el pueblo de México, porque aquí como en todas partes, lo que habla fundamentalmente, son los hechos.

Las palabras, aún con las mejores intenciones están muy comprometidas con la retórica y con el ceremonial que en estas ocasiones tiene que cumplirse. Yo digo que en muchos aspectos ya no sería necesario esperar el informe, porque ya está dado. Por ejemplo, en este país no hay más poder eficaz que el Poder Ejecutivo, desde las decisiones que deben tomarse en las dependencias del Ejecutivo, para que los diputados simplemente formalicen lo que ya se acordó, hasta la pequeñez, la injuria, la falta de atención con que los jefes de la policía y el ejército han tratado a los diputados, que simplemente han querido llegar a este lugar para tratar de cumplir su función.

Una reforma electoral que se puede levantar frente al mundo con elementos interesantes, con nuevas combinaciones de instituciones que antes, tal vez, no existían en este país, una reforma electoral que parece estar simplemente bien escrita. En Coahuila, por ejemplo, nuevamente miles de ciudadanos coahuilenses no pudieron ejercitar su derecho porque por lo menos había dos padrones, el padrón que los partidos políticos querían seguir y el padrón que tenían los funcionarios encargados, no de administrar, sino de dirigir la elección.

Con los antecedentes que tenemos ¿Qué podemos esperar en ese Estado de México, tierra de misiones, en cuanto a la presencia de caciques que siguen dominando la vida política de ese lugar, tan cercano al DF? El informe está dado, serán muchas palabras:

“hay que cuidar los recursos naturales”, y en Jalisco, el Lago de Chapala se seca y no hay recursos humanos, materiales, ni de la inteligencia, ni de la intención para salvarlo.

El recurso del campo, y se habló también con los hechos aunque el informe se pronuncia en otras formas, la miseria que sigue acosando a los cientos de miles de ejidatarios y la agresión que están sufriendo todos aquellos que son o constituyen la parte, ciertamente productiva, del campo, es una realidad. El precio de los productos agrícolas tiene que acomodarse a los precios de los productos internacionales, de los mercados internacionales, y la inflación que eleva el costo de los productos y los insumos para la producción.

Esa conflictiva situación no está resuelta.

El informe, yo creo que está dado. Estuvo ciertamente presente el Ejecutivo en la Reforma Electoral en la que el gobierno se asegura nuevamente no solamente la presencia, sino la decisión fundamental de las elecciones. En cualquier parte por ejemplo, se me ocurre en este momento, se vería muy mal condicionar el voto a la militancia a algún partido político, pues aquí no se quiso considerar como una falta grave ese condicionar. Es decir, si tú militas en un partido político, está comprometido tu voto de antemano.

El informe ya está dado. Una reforma bancaria era indispensable. El capital se necesita.

Todos lo entendemos, pero se requería un poco más de sensibilidad y compromiso, y no solamente con los grandes centros financieros internacionales, sino con el nacionalismo de México que exige más garantías en el manejo de un aspecto tan importante de las finanzas, como es la Banca, que ahora vuelve a quienes originalmente la erigieron.

El informe está dado. El año que entra, señores, llegaremos a la cúspide de este ciclo sexenal de la esperanza, ese ciclo que se reitera y que tantas veces deja frustraciones. Muchos piensan lo que no se intente este y tal vez el nuevo año, difícil será que se convierta en estructura de gobierno. El tiempo se acaba.

¿Qué se ha logrado durante 80 años de gobierno revolucionario?

Ni lo pienso, no tengo tiempo señores siquiera para intentarlo pero simplemente, cuando en 1929 se erige con el sistema de partido gobierno, el Estado contemporáneo mexicano, hubo dos sectores especialmente privilegiados que al mismo tiempo se erigieron en base de sustentación de Estado Mexicano: las gentes del poder, la alta, la dorada, la verdadera burocracia, la que manda. Por otro lado, los dueños del dinero y... después de todos estos años, y después de hablar y “proteger” a los campesinos, obreros, los militares en su lugar sagazmente, ocupando su sitio sin decir mucho, si alguno buscara, nuevamente como en 1929, la sustentación del Estado Mexicano, se encontrarían con dos sectores: la alta burocracia con el poder político y los dueños del dinero con el poder económico que siguen siendo las bases de sustentación del Estado Mexicano.

No hay tiempo para más, señores, yo diría que estamos ante la oportunidad, que se nos acaba, de pluralizar para siempre, las bases de sustentación de este Estado: de recordar que el Estado Moderno no es otra cosa, más que la organización política y jurídica de una nación que hinca muy profundamente sus raíces en la tierra mexicana por ser plural, rica y maravillosamente constructiva ¡cuantas fuerzas podrían liberarse cuando la organización del Estado correspondiera a la pluralidad profunda de la nación que la nutre! Eso es lo que tenemos que hacer. Si durante mucho tiempo, y eso lo veremos dentro de unos momentos a partir del informe presidencial, no se ha logrado aceptar la pluralidad de una nación, tan querida para nosotros, porque formamos parte de ella, con el Estado Mexicano, ya es tiempo de hacerlo, ya es tiempo de decir, como algún líder de la democracia que resurgió en la Europa del Este: “esta historia que se había detenido, vuelve a marchar”.

Intervencion en la Camara de Diputados: 10 de noviembre de 1989


Abel Vicencio Tovar


SEÑOR PRESIDENTE, SEÑORAS Y SEÑORES LEGISLADORES: EN OCASIÓN DE ESTE INFORME, SE MARCA UNA DIFERENCIA ENTRE UN PROCESO QUE SE SUPONE TERMINÓ AYER Y UN PROCESO QUE SE INICIA AL DÍA DE HOY.

¿Por qué nuevamente reforma electoral? ¿Por qué cuando nos angustia el hambre del pueblo, la mala distribución de la riqueza, la descapitalización, el desastre de la educación en todos los niveles, hasta en la Universidad, la falta de vivienda, el deterioro de los servicios? ¿Por qué cuando hablamos de esto, de manera natural vamos llegando al tema tantas veces debatido como es el de una reforma política anhelada por el pueblo?

Porque el pueblo, señores, aun sin haber estudiado política, porque el pueblo aun sin ser dirigente u orador de partidos políticos de ayer o de ahora, sabe perfectamente que el meollo de la solución de todos sus problemas, está en una auténtica representación de éste en los órganos de gobierno.

Que se olvide quien olvidando esto pretenda resolver el problema del trabajo; que se olvide, y la historia lo demuestra, quien olvidando el problema político pretenda resolver el angustioso problema del campo, que es ya problema de hambre presente y de hambruna futura; que se olvide quien pretenda resolver el problema educativo y todos los problemas sociales, si no toca básicamente el problema político, el pueblo con representación plena y auténtica en el gobierno.

Se habló de reforma electoral: ¡Cuántas expectativas señores! ¡Pobre pueblo! ¡Cuántas esperanzas abiertas, cuántos, diría, corazones latieron de inteligencias se aguzaron para recibir lo que después de una promesa en la cúspide, parecía ser el parteaguas de esta nación! Fueron demasiadas las expectativas que se generaron y no era para tanto, después de todo.

¿Y de qué se trataba? De cumplir una palabra, de establecer la estructura de toda una organización política novedosa sobre la base de la confianza en un hombre, una confianza que sólo se justificó parcialmente.

Por nuestra parte, el Partido Acción Nacional, con clara visión de la realidad política que vivimos, con esa claridad que nos ha permitido recorrer 50 años de ascenso constante en la votación y en la presencia pública, con clara conciencia de lo que somos en este momento en la historia de México, recorrimos un camino que fue ciertamente un camino de riesgos, pero también un camino de esperanza. Somos conscientes, hemos seguido racional y conscientemente una política gradualista, pero firme, sin retrocesos, con clara idea de lo que nos esperaba en cada nuevo recodo del camino y la historia muestra que nunca estuvimos equivocados, como no lo estamos en este momento.

Para los desesperados podríamos decir: la democracia, señores, no se hace en un simple período de sesiones; la democracia se va construyendo poco a poco, día a día y así se llenen papeles y se multipliquen la palabras oratorias para declamar sobre la democracia, si ésta no es una decisión prendida en el corazón, en lo más íntimo de cada mexicano, la democracia solamente será declamación vacía y sin contenido.

Es necesario que ante la representación nacional reafirmemos nuestra posición política. Nosotros, primero, reafirmamos ante la historia nuestra posición, y estoy hablando claro de ella, por encima de la maledicencia, por encima de irresponsabilidades, por encima de desaciertos cometidos por una prisa que no se finca en la experiencia. Nosotros reafirmamos nuestra decisión de seguir viendo hacia adelante, con claridad y con firmeza; nosotros reafirmamos nuestra convicción profunda de que el poder señores, o sea la capacidad de obligar a otros a realizar la propia voluntad, no se cede, hay que conquistarlo.

El poder no se cede por una reforma, ni el partido ni las fuerzas del poder, como algunos quisieran, van a colocarlo a los pies del adversario con unas cuantas páginas reformadas de la Constitución. El pretender eso, señores, es infantilismo puro y simple. ¿Por qué a pesar de tener esa convicción, de que no van a ceder el poder, por qué a pesar de eso caminamos ese camino de riesgo y ese camino de esperanza? Porque estamos plenamente convencidos que al hacerlo en cumplimiento de nuestro deber, vamos fortaleciendo la capacidad de organización del pueblo y su posibilidad de presentarse más firmemente frente al adversario de la oligarquía. Por esa razón seguimos hacia adelante.

Pero reafirmamos también nuestra convicción una visión de nuestra realidad política.

La política de todo o nada ha deambulado en la historia de fracaso en fracaso, la política del todo o nada es más bien una posición de adversario simbólico que muchas veces se encuentra en la impotencia para realizar sus posiciones, una cobija a la irresponsabilidad o al temor de enfrentar lo que es la verdadera realidad.

Porque la realidad, señores, no es aquélla que nuestros textos declaman; la realidad es la que vivimos y no tenemos más lugar de confrontar nuestra lucha de este México de hoy, de estos mexicanos de hoy, con este gobierno de hoy, y no otros. Solamente teniendo clara conciencia del campo de nuestra propia lucha, podremos tener la responsabilidad y la suficiente autoridad moral e histórica para decir: el todo o nada es el fracaso permanente de este país.

No estamos viviendo aquí, en un país de utopía, señores; estamos viviendo en México y es preferible, como lo hemos dicho mil veces, enfrentarnos al hampón electoral en las casillas o debatir con los funcionarios elegantes en las oficinas públicas, sabiendo cuáles son nuestras posibilidades y qué cosa es lo que estamos arrancando de libertad para el pueblo, que declamar una posición absoluta y cerrada que solamente conduce a la nada, a la nada histórica.

Por eso tengo que afirmar nuevamente que tenemos confianza en el diálogo, porque el diálogo es fructífero, porque el diálogo es cambio de inteligencias, porque el diálogo es lucha entre hombres con cultura, entre hombres civilizados, entre hombres que pueden representar al pueblo.

Pero sabemos también y perfectamente, que los argumentos de más peso del diálogo que se esgriman no tienen más realidad que el peso de la posición política de un grupo o de una persona. Sabemos perfectamente que aun convenciendo con la inteligencia, el diálogo no puede avanzar en el cambio de las estructuras políticas, si no cuenta atrás con una organización partidista eficaz y con una capacidad de movilización popular eficiente. Por eso acudimos al diálogo, y por eso el Partido Acción Nacional avanzó con el diálogo.

Porque conocemos esta realidad, porque conocemos este México, este gobierno y este clima, a pesar de todo, debemos mantener en el futuro próximo una sana desconfianza. ¿Por qué? Porque los mismos funcionarios que ahora nos atienden, porque la misma estructura de gobierno y las mismas personas que lo ocupan son de la misma estirpe política de siempre (Aplausos).

No podemos olvidar, señores, que ésta, llamémosle estirpe gobernante de nuestro tiempo, es la misma estirpe que arrebató el triunfo del pueblo en el caso de Almazán; no podemos olvidar que este gobierno es de la misma estirpe que masacró ciudadanos en León hace muchos años; no podemos olvidar que este gobierno es de la misma estirpe que arrebató al pueblo el triunfo en Baja California, que arrinconó, que persiguió a sus líderes, y yo personalmente tenía que irlos a visitar del otro lado de la frontera, porque aquí eran perseguidos, masacrados, matados de hambre, privados de todos sus derechos, y es la misma estirpe.

No puedo olvidar que este gobierno es de la misma estirpe del que arrebató su triunfo al pueblo de Yucatán, llenándolo de indignación; no puedo olvidar que este gobierno es de la misma estirpe del que arrebató su triunfo al pueblo de Sonora y al pueblo de Nuevo León; no puedo olvidar, señores, que este gobierno es de la misma estirpe que presidió el drama de Tlatelolco. Eso no se puede olvidar (Aplausos).

En nuestro tiempo es el mismo gobierno que arrebató a cientos de miles de michoacanos su triunfo en ese estado, (aplausos) y es la misma estirpe la que en estos momentos provocando una increíble o indefinible posición de ruptura entre lo que se dice y lo que se hace, en Sinaloa, se roban las elecciones en Culiacán y se quieren robar las elecciones en Mazatlán.

Vean ustedes los argumentos de las autoridades electorales: estas urnas sí valen, las trajeron los presidentes del Partido Revolucionario Institucional y no nada más los empleados de la Secretaría de Agricultura. ¿Qué andaban haciendo? Recogiendo urnas, estas sí valen, esta votación del 109 ó 120, ó 130 por ciento del padrón, si vale. Ganó el Partido Revolucionario Institucional. Ganó en la zona rural dicen: ahí nosotros ganamos, tenemos muchos partidarios, pues han de ser muchos, puesto que son más de 100 por ciento de los votantes. ¡Oh magia de la ciudadanía!

A pesar de todo, tenemos que reconocer que hay signos de cambio. El día de hoy, Ernesto Ruffo toma posesión como gobernador de la Baja California, caso inédito. El pluralismo es bueno siempre.

Caso inédito en la historia de la oposición en México, yo pienso, el pueblo puede pensar que éste es un caso en que la inteligencia del diálogo y de la concertación política supera a la obcecada posición de fracción cerrada, estéril, ciega, impotente para conocer más allá de las narices del que tiene el poder.

Yo pienso que es de reconocerse, y lo reconocemos sin ambages, yo pienso que se abre una oportunidad magnífica en la que gobierno federal y gobierno local probarán o dejarán de probar para la posteridad en esta nación, la posibilidad tantas veces declamada de que es posible que la oposición conviva con el grupo dominante en el poder y para el servicio del pueblo.

No hay duda, señores, en el centro de la crisis económica, social y de todo orden está la crisis electoral, como en el centro de una tormenta. Hay tantas incógnitas aún alrededor de este gran tema, que sería muy conveniente que autoridades federales como el señor Secretario de Gobernación, pudiera participar en un diálogo con la representación nacional, para que ésta tuviera con claridad los conceptos de lo que ha sido esta reforma, que hasta ahora sólo se ha conocido por las notas de los periódicos.

Alas y plomo, dijo alguna vez nuestro fundador, alas porque el hombre pegado a la tierra tiene que tener capacidad de elevación como el ave para los ideales, para los más altos objetivos, para el bien del pueblo, para saciar su hambre, para darle justicia, arriba, cada vez más arriba el ideal y la esperanza. Pero plomo, plomo que nos permita seguir pegados a la tierra, esta tierra en la que vivimos, donde hemos sido despojados de triunfos, donde cuantas veces se burlan de la autoridad, pero más que eso cuantas veces los agentes de la autoridad se burlan y masacran al pueblo.

Este es el México que vivimos, y que no digan que es necesario separar conceptos.

El que vuela muy alto no puede dejar caer el plomo que lo fije a la tierra, y ¡hay de aquél que fijo a la tierra no pueda batir sus alas para expresarse y para lanzarse muy alto en el ideal y en el objetivo.

La democracia, señores legisladores, es algo que se construye todos los días, como a patria, como la casa de nuestros padres, que todos los días estamos edificando (Aplausos).

Intervencion en la Camara de Diputados: 10 de julio de 1991


Abel Vicencio Tovar
Este último período legislativo termina cuando se avecina uno de los principales eventos que dan sentido a la vida política: las elecciones.

Con ese motivo, debo expresar a nombre del Grupo político del cual formo parte, el del Partido Acción Nacional, que la elección no es más que la última etapa de un proceso que se inicia con el estudio y conocimiento de la realidad de una patria y termina con la construcción de una nueva patria, a la medida de los ideales que la iluminan. La política tiende un puente entre la realidad y el ideal y en medio el estudio, la proposición de soluciones, el encauzamiento de corrientes, el proselitismo, le dan consistencia y existencia.

Las elecciones así, son la culminación natural de un proceso y no una agitación estéril ni una competencia o apetencia por los puestos.

Las próximas elecciones tienen una dosis de esperanza como todo lo que ubicado en el futuro es una expectativa para el hombre. Las posiciones están definidas: una oligarquía que trata de recuperar espacios que los mexicanos le niegan y estos mexicanos, en su gran mayoría ubicados en los partidos independientes, que tratan de construir un Estado moderno. Es decir, un Estado en donde el pueblo esté organizado y sea dinámico.

En el camino del tiempo que nos lleva a la elección del 18 de agosto, se encuentran las expresiones de un sistema que multiplica promesas incumple plazos y obligaciones y pretende, con buenas maneras, mantener la confianza de los ciudadanos y por el otro, el reiterado esfuerzo de los partidos independientes para acogerse a los términos, derechos y garantías de una ley que no se cumple cabalmente.

Muy en el fondo de este problema, como explicación de un sistema que sólo es democrático en la forma, existe la lamentable confusión entre gobierno y partido, más aún, entre Estado y partido, que ha mantenido en el subdesarrollo político a la mayor parte de las instituciones nacionales, si el Estado es la expresión jurídica y política de la Nación, constituye una realidad a la que todos pertenecemos, en la que todos vivimos y a la que todos aportamos nuestros esfuerzos. Resulta por tanto inicuo, profundamente inmoral, y absolutamente ilegal la actitud del gobierno de ese Estado que utiliza sin tasa los recursos que el pueblo genera con su esfuerzo, para apuntalar a un partido que por oficial que se le suponga, por su definición solamente representa a una parte de la población. La solidaridad, concepto de raíces muy antiguas y venerables, pudo haber sido una magnífica aportación de este gobierno, pero se frustró, cuando su objetivo fue manchado con intenciones partidistas. Lo propio sucede con el desvío abierto de toda clase de recursos por parte del gobierno para las campañas políticas del partido del poder, lo cual, no por haberse repetido durante muchos años, puede validar la costumbre, ni mucho menos, dejar de ser radicalmente perverso. Vasconcelos decía que ni una eternidad por sí misma sería capaz de limpiar una injusticia que hubiese quedado sin repararse.

En este entorno de profunda inequidad, se proclaman triunfos y se acumulan cifras, como en Nuevo León. Efectivamente, no existen espectaculares y grandes acciones fraudulentas, sólo se multiplican las acciones ilegítimas o abusivas connaturales a un gobierno que se disfraza de partido, y que nunca pierde el preponderante lugar que desde el poder lo privilegia.

Así, se proclama el triunfo, pero es evidente que los triunfos legales sólo pueden ennoblecer a quien los obtiene si son moralmente válidos. Si no es así, sólo se logra la satisfacción y las ventajas del poder, pero nunca la potestad de la autoridad y sin autoridad, un país no puede ser grande, por más que su pueblo lo sea.

Nuestra Cámara de Diputados es también expresión de esta confusión desquiciante entre Estado y partido y además se ve agravada por la supeditación indiscutible al ejecutivo, como una expresión del subdesarrollo político mexicano. Mi partido, Acción Nacional, desde 1946 en que acreditó en la Cámara de Diputados sus primeros representantes, no ha cesado de pugnar por una sana independencia del Poder Legislativo lo cual no quiere decir permanente agresión.

Pero si en verdad se quiere servir a la Nación, sólo desde la existencia respetable e independiente de cada poder, se pueden aportar valores de gobierno en servicio de México.

Gracias a la diputación panista, y gracias a la oposición verdadera, esta Legislatura pudo vivir momentos históricos por la dimensión y calidad de los debates desde el Colegio Electoral, por el avance de la misma en las posiciones en la estructura de la Cámara, como en los puestos directivos, en las Comisiones Legislativas, que fueron servidas con eficiencia. La proporcionalidad entre el peso específico de los grupos parlamentarios y su presencia en la administración y dirección de la Cámara deberá ser cuidadosamente aplicada.

La presencia del pueblo a través de los grupos parlamentarios independientes como el de Acción Nacional, logró fundamentales modificaciones a los proyectos legislativos oficiales y conmovió al país con la supresión del cheque en blanco que para la contratación de la deuda externa tenía el Ejecutivo. Con la introducción de garantías sociales en la reprivatización bancaria, con la formación de la Comisión Investigadora de la minoría parlamentaria en el caso de Banpesca, con la presentación de diferentes denuncias penales y su seguimiento en múltiples casos de defraudación gubernamental, con el sacudimiento a la Contaduría Mayor de Hacienda por la realización de auditorías en los poco claros manejos financieros de la Comisión Federal de Electricidad, etcétera.

Sin embargo, a pesar de que la Cámara de Diputados creció en número, en las dimensiones de su casa, en presencia pública, no ha hecho lo propio en su independencia y en su respetabilidad como uno de los órganos del Poder Legislativo. Es evidente la falta de capacidad decisoria de los dirigentes camarales para resolver cosas tan fundamentales como la legislación de su estructura interna: la Ley Orgánica y el Reglamento, como la aprobación solicitada por todos los partidos, de leyes como la de cooperativas, largamente esperada y de un incalculable beneficio social y hasta para decidir el destino de los legendarios paquetes electorales, que sin ningún objetivo visible ocupan espacios y mantienen en la ociosidad a soldados del Ejército Mexicano.

En cuanto a iniciativas, el grupo parlamentario del PAN presentó 108. Fueron dictaminadas 8 y se acumulan a la frustración también legendaria de la irresponsabilidad por la falta de dictamen 100 de ellas.

La oposición, especialmente la de mi partido, está prestando en la Cámara un importante servicio a la maduración y la toma de la posición que le corresponde en el contexto de las estructuras políticas. Podría parecer iluso que exijamos definiciones legislativas y políticas a los miembros de la Cámara y especialmente a sus directivos. No ignoramos la realidad de la dependencia, pero deseamos ayudar a superarla para bien de México. No en contra de nadie, sino a favor de una Cámara en plenitud de funciones. La reforma política tiene que pasar por la Cámara de Diputados. Las experiencias de los últimos tiempos vuelven a demostrar que las reformas económicas sólo pueden quedar al servicio del pueblo, dentro de una auténtica reforma política, pero en tanto que todos los órganos del Estado mexicano requieren de esa reforma, el más avocado para lograrlo, por la coparticipación en ella de dirigentes sociales y políticos que agotan lo fundamental del espectro ideológico nacional, es nuestra Cámara de Diputados.

Nos hemos enriquecido y seguiremos haciéndolo en la cultura, en la capacidad de servicio, cuando convivimos y cuando debatimos. Esta legislatura nos ha permitido interesantes experiencias que podemos convertir en valores de convivencia, para bien de los mexicanos.

La indispensable reforma política, la coyuntural reforma económica, la fundamental reforma del Estado Mexicano pasarán, para ser realidad, por la reforma de la Cámara de Diputados y sobre todo, por la reforma personal de cada diputado. Los diputados del PAN hemos aceptado nuestra vocación.

Pensamiento Humanistico de Abel Vicencio Tovar

Por María Elena Álvarez Bernal de Vicencio

INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA POLÍTICA

Abel Vicencio Tovar
El Partido Acción Nacional fue una idea sencilla pero genial. Surgió durante la época en la que era casi imposible institucionalizar la política y se ha convertido en una opción que, aun en las cifras más amañadas en el conteo del voto aumenta sus votos; pero no han sido esos votos lo más importante de la obra sino la institucionalización, dignificación de la acción política convertida así en instrumento de todos los mexicanos.

ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DEL PODER

Ahora el partido no sólo es un grupo de ciudadanos que sacude la conciencia de muchos mexicanos, conciencia dormida para el civismo; el partido es un haz de luz intelectual que rescata el prestigio de la actividad política y señala rumbos para la solución problemática nacional. Es además gracias a la visión profética de nuestros fundadores, un organismo humano de creciente fuerza que está en disposición de disputar el poder.

De esto no debemos tener la menor duda. Las únicas limitaciones trascendentes de nuestra acción se encuentran en nuestro escepticismo o en nuestro cansancio.

El cambio se agotó el modelo político del gobierno, también ha transformado nuestra responsabilidad como partido político. Es importante que seamos concientes de esta transformación.

RENOVAR NUESTRA FUERZA

En el camino que hemos recorrido y que seguiremos recorriendo para convertir en realidad nuestros ideales para escoger la mejor de las alternativas que la realidad sociopolítica nos pone enfrente, es necesario que consideremos nuestra riqueza de nuestro bagaje personal e institucional para que el cansancio, que es la erosión de nuestras dediciones, no haga presa de nosotros cuando apostamos todo a una acción que no resultó como esperábamos.

Es necesario defendernos contra el cansancio.

Si las rocas más duras son erosionadas por el viento, por el polvo, por el tiempo y por sus elementos, de tal manera que se modifican y sufren deformación, ¿Qué podríamos esperar de la erosión en los hombres? El hombre, si lo es, puede resistir con más eficacia a la erosión, porque el aire de los tiempos se enfrenta no a la roca sino a la carne viva que por blanda que sea, se renueva constantemente. Así buscaremos y lograremos la renovación, estableciendo constantemente nuevos objetivos que funcionen, la mayor parte, como herramienta para lograr los objetivos fundamentales. Aprendamos también a alegrarnos y a aporrear los triunfos humildes y parciales en la acción política.

Aprovechémoslos y convirtamos las experiencias en nuestras fuerzas de realización para retroalimentar nuestra decisión de seguir adelante.

No será posible el éxito si apocados, opacados por tradiciones tímidas y derrotistas hacemos sólo lo que creemos poder; el resultado será que habremos hecho sólo lo poco que creímos poder.

La vida desgasta y mella; la erosión del tiempo sobre el ánimo de los que resisten la tremenda fuerza disuasiva del régimen, juez parte antinacional, disminuye y agota. Sin embargo, estoy cierto de que persiste en la inteligencia y en la voluntad de casi todo mexicano, una gran fuerza escondida: la de múltiples energías adormecidas, la posibilidad de arrasar el México caduco, viejo de desesperanza, de desconfianza, de desaliento.

Existe la posibilidad de construir nuestras ruinas humeantes y sobre sus restos humanos un mundo nuevo; no obstante, para llegar a esa realidad, se requieren esfuerzos de renovación de ideales y congruencia entre la fe que otorga la certeza de una ideología y la voluntad que pone a su servicio la capacidad de realización.

“Brega a la eternidad” no es invitación para una lucha eterna y sin esperanza. No es entrar a un túnel de destino incierto y sombrío; es un llamado a la convicción de que todos los días se va construyendo una nueva patria que hoy se preparará y mañana se seguirá edificando. Ahora, como hace varios años, habrá un repetir; el retiro es estéril, la violencia es suicidio, sólo la fortaleza y la perseverancia son patrióticas.


Quien fue Don Abel Vicencio Tovar

Felipe de Jesús Calderón Hinojosa

PRESIDENTE ELECTO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS


Abel Vicencio Tovar
No puede entenderse plenamente la historia el pensamiento, la vida interna y el derrotero público del Partido Acción Nacional sin Abel Vicencio Tovar. Su trayectoria personal es incluso una guía descriptiva del tipo de vocación política que alienta la vida de este partido, particularmente en la etapa que procede e inicia la expansión electoral y a la asunción generalizada de responsabilidades públicas.


Abogado, universitario católico militante orador, dirigente estudiantil y político catedrático, padre de familia editorialista litigante, parlamentario. Hábil polemista y en ocasiones político polémico Don Abel asume la presidencia del Partido Acción Nacional en el momento de mayor fractura interna, de mayor cuestionamiento, de evidente amenaza e extinción. Su trabajo leal inmerso desde luego en polémica y pasión, no extenso por supuesto de nuevos contrastes, salvo –hay que decirlo claramente– al partido.


El liderazgo que por seis años ejerció en dicha presidencia, aunado a las tres ocasiones en que con dos presidentes del partido fue secretario general del partido, fueron precedidos del que Don Abel tuvo particularmente en la Asociación Católica de la Juventud Mexicana. Su presidencia fue gozne sobre el cual, en términos orteguianos, “la historia ejecuta sus movimientos”.


María Elena Álvarez Bernal de Vicencio, actual diputada y esposa de Don Abel, realiza una cuidadosa selección del pensamiento de Don Abel Vicencio con el rigor académico de la maestra en Ciencia Política, la convicción del militante, la certeza del testimonio fundamental y el amor de la esposa y compañera de ideales y de vida.


En las ideas recopiladas del pensamiento de Don Abel Vicencio han sido seleccionadas en orden temático, se descubre la fuerza de su espíritu, su convicción profunda que explica su militancia y su fortaleza en momentos en la que la asunción de responsabilidades partidistas internas y públicas lo exigía, tal vez mas que nunca, en un dirigente.


Desde la imperiosa necesidad de encarnar en acción cotidiana la doctrina, en propuesta concreta y acción directa de los ideales, la renuncia a suponer la brega de eternidad como claudicación al presente, el valor de la congruencia, hasta los temas de profesionalización de la política, el mérito del diálogo y la concertación, la unidad interna, la pluralidad, todos sus abordados con sencillez y con la agilidad que da la recolección de discursos completos, sino de párrafos y frases que nos dan idea del gran filósofo que era Don Abel; ya que en sus escritos vemos reflejado “sus ideas superiores que dan fuerza a la acción”, de la mística de la cual “México y el partido están necesitados”.


Protagonista primordial de la construcción del partido, del último cuarto de siglo, desde la crisis del 76 hasta las sucesivas reformas electorales de la transición política mexicana, desde los grandes atropellos hasta los grandes triunfos, las reflexiones de Don Abel son expresadas en sus discursos dirigidos a los militantes de su tiempo, pero sin duda alguna reflejan la realidad actual de nuestro país. Y en estos momentos son más necesarios que nunca.


MÉXICO, DF, SEPTIEMBRE DE 2006.


Biografia de Abel Vicencio Tovar

Abel Vicencio Tovar
Abel Vicencio Tovar (1925-1994) obtuvo en el año 1952 el título de Licenciado en Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia (actualmente Facultad de Derecho de la UNAM), con la tesis La Ciudadanía y los Derechos Políticos. Abogado postulante, desde entonces fungió como litigante.


De 1940 a 1957 colaboró en la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM), la cual ocupó los cargos de Presidente de la Diócesis de México y Presidente Nacional.


Durante 40 años, de 1954 a 1994, fue maestro de la UNAM en las facultades de Contaduría y Administración y de Derecho, donde impartió las cátedras de Economía Política, Sociología y Dinámica Social, Teoría Económica, Historia del Pensamiento Económico y Ciencia Política, en el Posgrado de la Facultad de Derecho, impartió la materia “Problemas Económicos y Sociales de México”.


En 1957 contrajo matrimonio con María Elena Álvarez Bernal con quien formó una familia de cinco hijos. En este mismo año ingresó formalmente al Partido Acción Nacional como Jefe Distrital del XVII Distrito del DF y como candidato a Diputado suplente del Dr. Raúl Velasco Zimbrón por ese mismo distrito.


En 1960 fue electo candidato a Diputado de mayoría por el XVII° Distrito, repitió tres veces más como candidato uninominal por ese distrito y una vez más por el VI Distrito.


Fue en dos ocasiones candidato al senado por el DF.


De 1973 a 1976 fue el representante del PAN ante la Comisión Federal Electoral.


Escritor editorialista de varias revistas y, por doce años, del periódico Excelsior.


Autor de numerosos trabajos académicos sobre temas políticos y socioeconómicos.


Entre sus obras publicadas se cuentan Principios de Sociología. Panorama sociológico de México (Editorial Jus, 1973); Oposición, cambio y poder (Ediciones PAN, 1982); La Reforma del Estado (EPESSA, 1992). Coautor de varios libros publicados por la UNAM: Derecho Electoral Mexicano (1982); La intervención política del Clero de México (1990); Perspectivas de la Universidad Pública en el siglo XXI (1991); Caleidoscopio Jurídico Político (1991); Raúl Cervantes Ahumada: 50 años de docencia universitaria (1991); Derecho y legislación electoral, el caso del Distrito Federal (1993).


Fungió como Diputado Federal del Partido en los periodos 1964-1967 y 1973-1976 y como Diputado Federal Plurinominal en los periodos 1979-1982 y 1988-1991. Durante estas dos últimas legislaturas fue el Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional.


En varios periodos fue miembro del Comité y del Consejo Regional del Distrito Federal, así como del Comité y del Consejo Nacional de su partido.


Desempeñó el cargo de Secretario General del partido durante las presidencias de José González Torres (1959-1962) y de Luis H. Álvarez (1987-1991).


Fue el 12o Presidente Nacional del Partido Acción Nacional. Cubrió su primer período de 1978 a 1981, año en que fue reelecto y ocupó la presidencia del partido hasta 1984.


Coordinador Nacional de Funcionarios Públicos del PAN hasta marzo de 1993.

Miguel Estrada Iturbide: Un Mexicano Ejemplar

Miguel Estrada Iturbide

Luis López Hermosa y Parra

Ha llegado a la paz de la tierra, donde reposan sus mayores, un varón sabio y generoso. Pocos mexicanos, como don Miguel Estrada Iturbide, se han remontado tan alto en el pensamiento y en la acción. Jurista insigne, político magno, pensador lúcido, dueño de una privilegiada pluma y una oratoria excelsa, hombre probo, michoacano devoto, supo engrandecer el horizonte de nuestra nación.



La historia del México contemporáneo se enriquece con la vida de un personaje de la talla de Miguel Estrada Iturbide. Desde sus alientos de juventud hasta el momento en que se apagó su existencia, donde quiera que nos detengamos a examinarlo, habremos de encontrar en él a un hombre de interminables cualidades entregado a la generosa tarea de servir. En su genial estructura humana concurrieron: un talento extraordinario, una inteligencia sagaz y creativa, una mente reflexiva y ordenada, una sólida formación profesional, una amplia cultura, una férrea voluntad, un carácter indómito, un pensamiento humanista. Con todo, más que recibir dones, prodigó los suyos. No usufructuó posiciones; las erigió con su enorme capacidad; no protagonizó actitudes complacientes y mansas, fue un luchador animoso que hizo de la verdad una norma fundamental.



No en vano el doctor Mario Torroella señalaba que “…Estrada Iturbide parece haber recibido como un legado directo del Padre de la Patria el ardor de su fe, su fe encendida en México y en su destino; en asumir la grave responsabilidad de poner término a la obscura e innoble etapa de confusión en que se quiere arrastrar al país entero en momentos de quiebre e incertidumbre”.2 En efecto, a punto de concluir sus estudios de la carrera de abogado en la Escuela Libre de Michoacán, dicha institución fue arbitrariamente clausurada por decreto del entonces gobernador de Michoacán, general Lázaro Cárdenas. Al igual que muchos de sus compañeros, Estrada Iturbide encontró en la Universidad de Guanajuato las facilidades para sustentar los exámenes requeridos y así obtener en 1932 el título de abogado. Sin embargo, ante la negativa del Supremo Tribunal de Justicia de registrar su título, don Miguel interpuso un amparo, que finalmente ganó en la Suprema Corte de la Nación, con lo que pudo iniciar el ejercicio de su profesión en su natal Morelia. Así dio muestras de su entereza y convicción personal, que manifestaría a lo largo de su vida profesional y política.



Al igual que muchos miembros de su generación y entre quienes reconocemos a Juan Landerreche Obregón, Manuel Ulloa, Julio Chávez Montes, Felipe Mendoza Díaz Barriga, Luis Calderón Vega, don Miguel formó parte de la celebre UNEC (Unión Nacional de Estudiantes Católicos), organización en la que él y muchos de su generación pudieron completar una sólida formación, inspirada en las ideas más avanzadas de la doctrina social católica.



La UNEC apoyó la lucha que en 1933 y 1934 libró el rector Manuel Gómez Morin por la autonomía de la Universidad Nacional; y en el ámbito universitario, Estrada Iturbide pudo establecer un primer encuentro con Gómez Morin, que “…fue para mi uno de los encuentros más decisivos, más fecundos, más trascendentes de mi vida”. De hecho, don Miguel siempre se refirió a ese encuentro como la veta universitaria, la veta que dio cimiento al llamado fundacional de Acción Nacional: “Sí, conocí a Gómez Morin

en la Rectoría de la Universidad: No lo conocí en su despacho profesional; no lo conocí con motivo de asuntos de categoría que yo llamaría inferior; lo conocí al timón de la nave universitaria, en el momento más rudo de la tempestad”.



Años más tarde y a invitación expresa de su maestro don Guilebaldo Murillo y de sus amigos Julio Chávez Montes, Manuel Ulloa y Juan José Páramo, don Miguel participa en las históricas jornadas de septiembre de 1939, para “…agruparnos… en torno de un cuerpo doctrinal sólido, valedero en sí mismo y con clara orientación hacia la realidad de México”.



A punto de cumplir los 31 años de edad figuró y tuvo un papel destacado en la Asamblea Constitutiva del Partido Acción Nacional que se reunió en la ciudad de México los días 14 a 17 de septiembre de 1939, como miembro de la Comisión de Doctrina que presidió don Efraín González Luna y que integraron también don Rafael Preciado Hernández, el ingeniero Agustín Aragón y los licenciados Samuel Melo y Ostos, Luis de Garay, Carlos Ramírez Zetina y Aquiles Elorduy.



El 24 de diciembre de 1939 instala el Comité Regional del PAN en Michoacán, mismo que

preside por espacio de 17 años. No fue casual que el primer ayuntamiento ganado por el PAN en Quiroga, la primen diputación federal reconocida por Tacámbaro en 1946, y la acreditación en 1947, por primera vez en su historia, de un diputado en una legislatura local por el distrito de Zamora, fueran hitos de Acción Nacional ocurridos en tierras michoacanas.



Convencido de que la participación política es necesaria para la búsqueda del bien común, Estrada Iturbide se presentó, una y otra vez, como candidato de su partido a diversos pues tos de elección popular. Sufrió en carne propia y en la de sus compañeros de partido fraudes electorales, incomprensiones, vejaciones y persecuciones.



En 1964 y después de cuatro candidaturas, finalmente pudo abordar la tribuna de la Cámara de Diputados como uno de los primeros 18 diputados de partido acreditados por Acción Nacional. De su actuación en la XLVI Legislatura, el Diario de Debates registra –entre otras– sus intervenciones en temas como la reelección de diputados y senadores, presupuesto de egresos, cuenta pública y derogación del delito de disolución social. En las filas de Acción Nacional se distinguió por su fidelidad castrense al partido que sirvió como militante, en la enorme responsabilidad de consejero estatal y nacional, como dirigente. No en vano se le considera un político coherente y un panista ejemplar.



Conocido por su apostura como orador, don Miguel Estrada Iturbide es recordado por un fino discurso pronunciado en 1972 en homenaje a Manuel Gómez Morin, a raíz del fallecimiento del maestro universitario; expresó emocionado:



“Quedábamos con la conmovida, imperecedera memoria de su presencia, ahí junto a su cruz, que queda junto a tantas otras, de las que sólo por ser esta ocasión la que es, quiero mencionar la de su generoso sucesor en la Jefatura del Partido, que se fue antes de tiempo, Juan Gutiérrez Lascurain, muerto trágicamente en plena madurez; y la de su otro sucesor, nuestro malogrado, inolvidable amigo, Adolfo Christlieb. Se fueron antes de tiempo para el tiempo humano”.



Una más: “la cruz gemela; en la profundidad del afecto y en la perennidad del recuerdo, la de don Efraín.



“Y que más puedo decir, y que más puedo desear, y que más puedo pedir, que la propia cruz quede algún día junto a las de ellos…”.



Aquel deseo expresado hace 25 años por don Miguel es una realidad.

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