La Coyuntura
La polarización ideológica y política, tanto nacional como internacional, es el sello de los últimos años de la década de los treinta del siglo XX. Su origen se remonta años atrás, en el inicio de la pugna entre comunismo, fascismo y liberalismo; la Iglesia Católica, por su parte, había promovido desde finales del siglo XIX su doctrina social, a través de la cual instruía a sus fieles a organizarse a fin de participar en política para construir un orden social acordes a las enseñanzas del evangelio, y que pudiera construirse como una suerte de tercera vía en un mundo polarizado y profundamente dividido…
Definir el rumbo político de México a finales de los años treinta será una tarea tan apremiante como compleja. El gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940) ha impulsado políticas de gran calado y envergadura: reinicia la distribución de tierras entre los campesinos dándole un fuerte impulso a la reforma agraria, apoya un número espectacular de huelgas para demostrar que el Estado intervendrá en las relaciones de producción como actor en la economía nacional y promueve la organización corporativa de campesinos, obreros, burócratas e incluso militares en el nuevo Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938. El periodo cardenista implico una enorme concentración del poder que logro apoyos generales como el que supuso la nacionalización del petróleo en 1938 pero también una reacción en contra de diversos grupos sociales. Las diversas medidas económicas, políticas y sociales tomadas por el gobierno de Lázaro Cárdenas no estuvieron exentas de polémica. Importantes sectores de la sociedad vivieron con honda preocupación las acciones del gobernó, cuya intención expresa de reactivar el espirito revolucionario, en un mundo profundamente polarizado e ideologizado, tuvo como consecuencia una marcada división en la sociedad mexicana. Surgen en consecuencia innumerables grupos como reacción al cardenismo como la Acción Cívica Nacional, la Acción Revolucionaria Mexicana, la Confederación de la Clase Media, la Unión Nacional Sinarquista, el Partido Revolucionario Anticomunista (etc.)…
Dice Manuel Gómez Morin en su discurso de inauguración de la Asamblea Constitutiva de septiembre de 1939 que:
Es tiempo ya de hablar de “Acción Nacional”, de sus orígenes, del desenvolvimiento que ha tenido hasta hacer posible y necesaria la reunión de esta Asamblea. (…) El país entero después de un letargo apenas ininterrumpido hace diez años, siente el despertar de la conciencia ciudadana, como la sintió en 1909, pero tal vez con mas extensión y seguramente con mas hondura, pues no en vano transcurrieron estos 30 años y nunca como ahora han sido graves los problemas de México…
…Gómez Morin redacto un memorando con las ideas esenciales de una organización de partido… La tarea no será sencilla: Gómez Morin no podrá ser candidato presidencial por ser hijo de español, el PAN será una fuerza marginal, apenas emergente, y deberá decidir en septiembre de 1939 a que fuerza política ofrece su apoyo. Las opciones reales de oposición eran abanderadas por caudillos escindidos de la elite revolucionaria…
Desde finales de 1938 ya se perfilaban algunos precandidatos a la presidencia de la republica deseosos de ser ungidos como candidatos del Partido de la Revolución Mexicana (PRM): el general Rafael Sánchez Tapia, el general Juan Andreu Almazán, el general Manuel Ávila Camacho y el general Francisco J. Mujica… Ávila Camacho y Mujica se perfilan como los más serios contendientes. Ávila Camacho asociado más a una posición centrista y Mujica vinculado a la izquierda y proclive a continuar la política cardenista. … cinco semanas antes de la Asamblea Constitutiva del PAN de los días 14 a 17 de septiembre de 1939, los crecientes apoyos recibidos por Ávila Camacho convencen a Mujica de la inutilidad del esfuerzo: el 8 de agosto… renuncia a su pretensión de ser candidato presidencial. Se allana así, desde agosto, el camino, en definitiva, para Ávila Camacho…
Los debates de la Asamblea Constitutiva del PAN de septiembre de 1939 expresan el temor –dado que el avilacamachismo triunfante todavía no se define por un “programa de rectificaciones”- de que, aun con la derrota de Mujica como claro continuador de la política cardenista…
El combate político en las elecciones presidenciales de 1940 tiene, por otra parte, en el frente opositor la construcción de una candidatura de Juan Andreu Almazán…
…La Asamblea Constitutiva del PAN en septiembre de 1939 está por lo tanto sellada por el momento que vive la construcción de una candidatura opositora para las elecciones de 1940. Esto es clave para entender los que se discute en la Asamblea y la posición de Gómez Morin…
…hacia septiembre de 1939 no existe propiamente un bloque opositor si no un conjunto de fuerzas divididas cuya incapacidad para cohesionarse milita obviamente a favor de Ávila Camacho… El PAN tiene en septiembre que definir en septiembre una posición en torno al proceso electoral y sus candidatos. Y lo hará como se verá más adelante, si bien los tres bandos importantes (sancheztapistas, amaristas y almazanistas) mantendrán su división a lo largo de 1939…
Todo lo que rechazaba Gómez Morin era dominante en ese momento histórico: caudillos militares apostando con todo a la coyuntura, ningún programa político claro, ninguna visión de largo alcance. No será, por otro lado sino hasta enero de 1940, cuando surja el llamado Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUM) para intentar unificar a la oposición en torno a Almazán… Es de subrayarse todo esto porque Gómez Morin no quería, y lo expreso una y otra vez, que se apoyara a un caudillo sin programa o de programa ambiguo… Dejarse llevar por el hervor del momento podía terminar con la posibilidad de sobrevivencia del partido que apenas nacía. Pero Gómez Morin había, con su convocatoria, llamado a la acción, no a la inacción… Gómez Morin estaba atrapado por su propia estrategia: convocar a la formación de un partido en septiembre de 1939 en la coyuntura electoral de 1940 sin proponer una acción electoral concreta podía llevar al fracaso. Así planteo Gómez Morin el dilema político central que la Asamblea debía resolver:
Dos caminos se abren, pues desde su iniciación, ante Acción Nacional: uno, el de intervenir desde luego en la vida política no solo en cuanto se refiere a una posición doctrinal o programática, sino como participación en la lucha concreta que, dado a nuestro sistema constitucional, es la ocasión indicada para poner término a régimen con el que se está en desacuerdo; otro, el de tomar parte en la lucha electoral y concentrar el esfuerzo en la actividad de programa y de doctrina, no limitándolo por supuesto a un trabajo de academia, sino dándole, desde luego, la orientación y el carácter de una actividad política decidida; pero sin intervenir como grupo en la campaña. (…)
Durante la Asamblea Constitutiva, la Comisión de Actividades Políticas, que preside Fernando Ocaranza, ex rector de la Universidad, resuelve por unanimidad participar en la actividad política, pero se decide que sea el pleno de la Asamblea quien defina los términos de esa participación, es decir, si implicara tomar parte en las elecciones con un candidato propio o no. la Asamblea se convierte entonces en Convención. Gómez Morin sugiere que se inicie el debate a partir de una proposición en la que se pide que Acción Nacional no postule candidato; minutos después, Gómez Morin retira su propuesta a fin de garantizar su imparcialidad como presidente de la Convención, pero Efraín González Luna pide que se retome como propia de la delegación de Jalisco. La Convención rechazara, finalmente, la posición abstencionista, inmersa por supuesto en la lógica de la competencia electoral del momento, con 86 votos en contra y 40 a favor. Acción Nacional decidía en 1939 participar con candidato presidencial en las elecciones de 1940. La discusión fue larga, y extraordinario su nivel. Es un debate histórico, sin duda, para acción Nacional. … Entre los abstencionistas que seguían la posición de Gómez Morin, destacan los argumentos de Efraín González Luna:
(…) Acción Nacional no puede estar ligada a un episodio electoral nunca. (…) Mientras en México no exista conciencia política, hábitos políticos y doctrina política, las calenturas políticas no nos llevaran a ninguna parte.
Los participacionistas por su lado argumentaban que el PAN debía canalizar en las urnas los reclamos de una ciudadanía agraviada. Y si no lo hacía no tendría futuro. Dijo Molina Font:
Se nos dice que manteniéndonos aparte de las luchas electorales puede (el partido) continuar su labor de difusión y se nos hace entrever la esperanza de que de aquí a décadas, a siglos, llegemos a triunfar. ¿Puede esperar nuestra patria por décadas, por siglos, el concurso de sus hijos para salvarse? (…)
Todo será inútil. Dos tercios de la Asamblea se inclinaran por participar y un tercio por abstenerse de hacerlo, Gómez Morin dice aceptar “lealmente” la decisión de la Asamblea, pero no puede dejar de señalar el riesgo que supone la decisión tomada: parece tener en mente todo, el tiempo, la campaña Vasconcelista de 1929. Dice Gómez Morin antes de hacerle una sorprendente propuesta a la Asamblea:
(…) Recuerdo la otra ocasión que he mencionado y que es para mí particularmente cara: la dolorosa aventura de 1929. (…) ¿Cuál fue la razón del intento de 29? El justo deseo de remover el pantano moral en que México se encontraba; de levantar cuando menos la esperanza ante una Nación inmóvil; conmover la conciencia nacional que parecía perdida. Y entonces cometimos un error: en vez de hacer la intensa y ardiente campaña de apostolado, limpia de todo interés personal, absolutamente pura y desinteresada, pensando solo en los valores de la patria, nos dejamos llevar por la ilusión de que la actividad electoral era… el instrumento único que se ofrecía a nosotros. (…) ¿Para que hacer la historia de esos días? ¿Qué algo quedo a la Republica? Mucho, señores. Acción Nacional nació en 1929.
“Acción Nacional nació en 1929”, afirma categórico Gómez Morin y, temeroso de repetir la dolorosa experiencia de entonces, sostiene:
(…) En 1929, por la decisión absurda de ir a una actividad electoral inmediata, por usar ese instrumento que parece tan fuerte y es tan mezquino para un fin tan grande, como el que ahora buscamos, se comprometió definitivamente el éxito de la acción. Si en 1929 se hubiera hecho un partido de principios permanente, si en vez de la preocupación de la elección inmediata y del grito de rebelión y de esa neurosis de escaramuza a que González Luna se refería hace un momento; si en vez de dejar suelto el muy humano instinto de actuar inmediatamente, hubiéramos pensado en lo esencial, (…) Y eso es lo que vamos a ser ahora: vamos a jugar un albur con truhanes profesionales y cartas marcadas.
Gómez Morin acepta, se insiste, la decisión de la Asamblea pero les propone no apoyar a Almazán… Anticipa los argumentos en contra y dice que habría quienes objeten la propuesta porque acudir con un candidato propio supondrá dividir todavía más la oposición. “objeción ridícula, señores, porque la oposición no existe”, argumenta y sigue enfático: “Hace seis meses venimos sintiendo la necesidad de encontrar en ella hombre e ideas”. Hombres se cuentan con los dedos de una mano, dice, pero “las ideas no las hemos podido hallar. Afirma que la oposición en México no tiene “ni cabeza, ni corazón, ni hombre”. Gómez Morin se queja de tener, en la baraja de opciones, únicamente a recién desprendidos de la clase política revolucionaria y alega:
(…)…Vamos a tener un candidato. (…) Creo que los hombres no bastan para salvar al país, creo que lo único que puede salvar a los países, y en todos los tiempos, son las ideas, pero si todavía pensamos que solo puede salvarse por un hombre, procuremos que el hombre que ofrezcamos sea una viva interpretación de la nobleza, de la generosidad de nuestras ideas. Vamos pues ala lucha electoral. (…) y la persona adecuada, señores, en cuyas manos estará a salvo el futuro nacional, ese hombre que necesita Acción Nacional, como partido, proponer a la Republica, es… Efraín González Luna.
El primer sorprendido fue, desde luego, Efraín González Luna. … La reacción de González Luna sugiere, por lo pronto, que no hay un acuerdo entre ambos para presentar su candidatura. De hecho González Luna rechaza la propuesta y entonces no le queda a Gómez Morin sino reconocer la evidente inclinación de la Asamblea por Juan Andreu Almazán, quien finalmente fue apoyado por Acción Nacional…
Como bien lo vaticino Gómez Morin, las elecciones presidenciales de 1940 se caracterizaron por la irregularidad y el abuso… Medina Peña afirma que en el campo funcionaron los tradicionales mecanismos de control.
Total: oficialmente el candidato Ávila Camacho recibió 2 476 641 votos (el 94 %), Almazán 151 101 (el 5.7 %) y Sánchez tapia 9 840 (el 0.3 %). El PRM aplasto con toda la fuerza de su aparato, y su mensaje fue claro: quien quiera en verdad hacer política, que la haga en las filas del PRM. Fuera del PRM, nada… nada de nada. Esta era lo pobre democracia de la que hablaba Gómez Morín y González Luna cuando se discutía si se participaba o no en la liza electoral. … El PAN, con todo, sobrevivió a la escaramuza de la etapa final del régimen cardenista y el 1ro de diciembre de 1940 presenta por primera vez candidatos a la presidencia municipal en dos grandes ciudades del país: Guadalajara y Monterrey. Lo hará también, ese mismo día, en Tampico. Empezaba así el largo periplo histórico de Acción Nacional, el partido de oposición más importante al régimen autoritario más institucionalizado y longevo del siglo XX.
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