Rafael Preciado Hernandez |
Jorge Alonso
CIESAS Occidente
En este texto se indagan las lecciones sobre política que surgen de la vida y del pensamiento de uno de los fundadores del Partido Acción Nacional, el jalisciense Rafael Preciado Hernández. Se explora su relación con otro de los fundadores, Efraín González Luna. Preciado Hernández fue un prestigiado maestro en la UNAM. Luchó porque en México hubiera una auténtica democracia. Entendía la política como servicio. Su figura interpela a los actuales panistas que se encuentran tan lejos del nivel de pensamiento y de las prácticas democráticas de los fundadores de ese partido.
A finales de abril de 2008 se conmemoró el centenario del natalicio de Rafael Preciado Hernández, un ilustre uno de los destacados dirigentes que ha tenido el Partido Acción Nacional, buscando qué lecciones se podrían sacar hoy de alguien cuya característica principal fue la de ser un maestro. Sabiendo que Preciado Hernández había sido diputado federal junto con otro jalisciense, Efraín González Morfín, le pregunté a éste cuál había sido su relación con Preciado Hernández. Me respondió que la relación fuerte había sido entre Preciado Hernández y su padre, Efraín González Luna (1898-1964) y que, por su parte, no había tenido más nexos que saludos amables y de cortesía entre colegas. No obstante, me recomendó que entrevistara a don Alfonso Díaz Morales, quien había grabado las pláticas de los miércoles que daba Efraín González Luna y conocía bien la historia de los panistas jaliscienses, porque fue un activo panista desde la fundación de Acción Nacional. Manuel Gómez Morin (1897-1972) había presentado en su despacho a don Alfonso con Rafael Preciado Hernández. El suegro de éste era Jesús Briseño, Gerente de la Unión Azucarera de Occidente, quien fue el primer tesorero del PAN en Jalisco. Don Alfonso sustituyó a Briseño en la tesorería, cargo en el que duró quince años. Don Alfonso recuerda que Preciado Hernández viajaba a Guadalajara, pero no frecuentemente, por lo que no tenía mucho trato con los panistas jaliscienses.
El lugar de nacimiento marca definitivamente a todo ser humano. Rafael Preciado Hernández es un jalisciense digno de recordar. Nació en el estado de Jalisco el 29 de abril de 1908 en Cucuciapa, municipio de El Grullo.
También la primera formación y la profesión configuran a una persona. Preciado Hernández optó por la abogacía. Cursó jurisprudencia en la Universidad de Guadalajara y se recibió como abogado el 19 de mayo de 1934.
Su tesis versó sobre el carácter absoluto de la norma jurídica deducida por la razón. Entre 1931 y 1932 fungió como Secretario en diversos juzgados del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Jalisco y al año siguiente se desempeñó como Juez de lo Civil en Guadalajara. Toda su vida fue un dedicado profesor de derecho. En la Universidad de Guadalajara fue profesor de Derecho Romano de 1931 a 1933. Ante el conflicto que se suscitó entre los partidarios de la educación católica contra los que querían que la educación fuera socialista, nació la Universidad Autónoma de Occidente (llamada más tarde Universidad Autónoma de Guadalajara). Preciado Hernández pasó entonces a ser maestro en esa nueva universidad donde impartió cursos de derecho de 1934 a 1935. Cuando tenía 28 años se fue a radicar a la ciudad de México donde se consolidó. Fue Secretario de Estudios y Cuentas de la División de la Suprema Corte de Justicia de la Nación entre 1935 y 1939. En la capital del país ejerció como abogado postulante. En la Escuela Libre de Derecho dio clases de 1937 a 1980. Entre 1939 y 1941 también enseñó en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, la cual, en 1941, se convirtió en la Facultad de Derecho de la UNAM. En esta Facultad fue un prestigiado maestro desde sus inicios hasta 1991. Fue declarado Maestro Emérito por la UNAM el 15 de mayo de 1980, y en febrero de 1989 recibió en esa misma casa de estudios un reconocimiento por sus 50 años de trabajo académico.
Si nos atenemos a la categorización del historiador Luis González, Preciado Hernández y González Luna se sentían de la misma Matria, pues uno era de Autlán y otro de una población cercana, El Grullo, donde había un cacique que era pariente muy cercano de Preciado Hernández. Desde el panismo Preciado Hernández luchó contra los caciquismos, iniciando contra el de su terruño, pues pesaban en él más sus convicciones y principios que las lealtades de sangre. Rafael Preciado perteneció a la elite panista. En 1939 fue miembro fundador del Partido Acción Nacional. Participó como Secretario de la Comisión Redactora de los Principios de Doctrina cuyo presidente era Efraín González Luna. En 1965 fue miembro, una vez más, de la Comisión Redactora de la Proyección de Principios de Doctrina. Se desempeñó como Consejero Nacional del 17 de septiembre de 1939 al 18 de septiembre de 1949 y del 12 de octubre de 1954 hasta su muerte. Desde el principio de ese partido y hasta 1987 fue miembro de su Comité Ejecutivo Nacional. Preciado Hernández intervino en la Convención Nacional que tuvo lugar los días 21 y 22 de abril de 1940. Fue parte de la Comisión Nacional Municipal que dio contenido doctrinario, político y técnico a las campañas y programas. En la Segunda Asamblea del Consejo Nacional (1 y 2 de febrero de 1941) participó para hablar sobre el tema de la representación electoral.
Hubo un fuerte debate en la III Convención Nacional, el 9 de marzo de 1943, acerca de la participación del PAN en la contienda electoral de diputados federales. González Luna habló a favor del «no», y Preciado Hernández a favor del «sí». Ganó esta última posición. Preciado Hernández contendió como candidato del PAN por el Distrito VII en el Distrito Federal. Calderón Vega dice que Preciado Hernández ganó la elección en buena lid, pero que le fue usurpado el triunfo por el líder cinematografista. Acción Nacional tenía en Preciado Hernández a un orador de lujo.
En la reunión nacional del PAN de 1943 Preciado Hernández dio un discurso memorable junto con Manuel Gómez Morin, Efraín González Luna, Miguel Estrada Iturbide (1908-1997) y Aquiles Elorduy (1876-1964). En la II Asamblea General del 14 al 17 de septiembre de 1944 Preciado Hernández habló sobre la reforma social.
Otra discusión importante se dio en febrero de 1946, en la IV Convención Nacional y III Asamblea Nacional, sobre la candidatura presidencial del PAN. Se examinaba si el PAN debía presentarse con candidatos propios. Efraín González Luna planteaba la necesidad de repudiar la maniobra pseudoelectoral de la imposición exhibiendo los caracteres abominables de la farsa. Estaba convencido de que había que impulsar la más completa abstención posible del pueblo. Por supuesto que no era partidario de una candidatura panista. Recalcaba que era impracticable una candidatura propia de Acción Nacional. Era consciente de que esa coyuntura era decisiva para la vida, no sólo del partido, sino del país. Había platicado de estas posibilidades con Preciado Hernández y con Gómez Morin. Pero este último no estuvo de acuerdo con la propuesta de impulsar el abstencionismo. Entre los militantes sonaban tres nombres para que fueran candidatos presidenciales: Aquiles Elorduy, González Luna y Preciado Hernández. Esto mostraba el destacado papel que jugaba este último en las filas de Acción Nacional. González Luna argumentó sobre la necesidad de postular un candidato externo. En esta propuesta sí tuvo éxito. No obstante, el elegido, el viejo maderista don Luis Cabrera (1876-1954), declinó por razones de edad. En las discusiones para integrar las candidaturas propias, González Luna le propuso a Rafael Preciado que aceptara contender por el X Distrito jalisciense, aduciendo que no habría necesidad de una campaña prolongada y que, por lo tanto, no se perjudicaría la organización partidaria en la ciudad de México pues entonces Preciado Hernández tenía la responsabilidad de la dirección partidaria en la capital de la República. Pero se vio más conveniente que fuera el candidato para el Senado por Jalisco. Al cierre de la campaña ante varios miles de seguidores, los principales oradores en la ciudad de Guadalajara fueron González Luna y Preciado Hernández.
Después de las elecciones en las que el PAN obtuvo sus primeros triunfos reconocidos, Preciado Hernández ofreció una cena a los colaboradores de la campaña en la que estuvo presente Rafael Caldera, líder del partido COPEI de Venezuela. En su intervención, Preciado Hernández dijo: «No celebramos una victoria, sino rendimos homenaje al pueblo de México por su ejemplar conducta en las elecciones». En la cena navideña del partido, en 1946, también habló Preciado Hernández. Recordó cómo el partido había nacido de un gran dolor y de un gran amor. Destacó el dolor de ver la Patria divorciada del Estado, y el amor a la Patria. Señaló que a los panistas les dolían los males de México, la injusticia y la opresión.
Hubo deliberación sobre el municipio en la V Convención Nacional que tuvo lugar del 5 al 8 de febrero de 1947. Ya se había obtenido el primer triunfo municipal en Quiroga, Michoacán. A nombre del Comité Ejecutivo Nacional dio la bienvenida a la reunión Preciado Hernández. Enfatizó que el municipio era anhelo legítimo del pueblo, y se pronunció en contra del caciquismo. El último día Preciado Hernández propuso que, además de los recursos legales de iniciativa, referéndum y revocación, también se legislara la consulta obligatoria de las autoridades municipales con los principales vecinos. En esa reunión presentó el estudio sobre el problema constitucional e interno del Distrito Federal. En la vi Convención Nacional, que tuvo lugar del 5 al 8 de febrero de 1948, Preciado Hernández presentó el tema de las bases políticas de la Reforma Social. Planteó que todo problema social implicaba un problema político. El deber del Estado en materia económica debía ser intervenir como gestor. Recalcó que el medio más eficaz con que contaba el PAN para exigirle al Estado que cumpliera con su deber frente a los problemas nacionales era, precisamente, el mismo PAN. En la VII Convención Nacional, que se desarrolló del 25 al 27 de febrero de 1949, Rafael Preciado Hernández presentó la Plataforma del PAN para la elección de ese año. Esta plataforma contemplaba las temáticas de respeto y garantías a la persona humana; instauración real de la democracia en México; libertad real al Municipio; libertad al campesino, reforma social; reintegración del Estado a su función propia; honradez, responsabilidad y aptitud de los funcionarios públicos y colaboración de México en la creación de un orden internacional. De nueva cuenta, en las elecciones intermedias de 1949 Rafael Preciado fue postulado candidato por el distrito II del D.F. Alegó tener la certeza de haber obtenido el triunfo que fue desconocido porque se anuló la votación.
En abril de 1951 Rafael Preciado Hernández dio un ciclo de conferencias para el sector juvenil del PAN. A mediados de año participó en una gira de conferencias organizadas por el PAN en el centro de la República. En la X Convención Nacional, previa a la campaña electoral, leyó la plataforma (que entre otros puntos contemplaba la lucha por una economía sana, la cuestión del campo mexicano, la necesidad de una reforma social, régimen fiscal y división de poderes, libertad y eficacia del municipio, y la urgencia de una reforma política). En las discusiones acerca de quiénes podrían abanderar la causa panista como candidato presidencial, volvió a ser propuesto junto con Miguel Estrada Iturbide, Roberto Cossío y Cossío, Antonio L. Rodríguez y Efraín González Luna. Este último fue el candidato elegido. En la campaña presidencial, estuvo en la comitiva que acompañaba a González Luna, dio conferencias en la capital y tomó la palabra en un mitin de Oaxaca, en el que dijo que Gómez Morin había fundado al PAN para hacer de todas las plazas públicas del país una cátedra de Derecho Público. En Chiapas habló contra la simulación; aseguró que la verdad se abriría paso hacia la autenticidad del Estado Representativo y en servicio del Bien Común. Afirmaba que la salvación común se obtendría con el esfuerzo común y constante de todos los ciudadanos. Siendo originario de El Grullo, entonces ayuntamiento panista, Preciado presidió el homenaje al candidato González Luna en esa localidad. En esta elección Preciado fue candidato a diputado federal por el X distrito en el que estaba El Grullo.
La relación con González Luna era muy cercana. Con él se interesó, en 1954, por profundizar en la literatura mundial acerca de los procesos electorales. En dos ocasiones, de 1953 a 1958 y de 1969 a 1971, Preciado Hernández fue representante del PAN ante la Comisión Federal Electoral. En la campaña presidencial de 1958 Preciado Hernández propuso ante la Comisión Federal Electoral mecanismos para que la designación de los funcionarios de casilla fuera imparcial, medidas para impedir el voto sin credencial o con credenciales ajenas o falsas, y exigió que la Secretaría de Gobernación investigara los atentados y amenazas contra el candidato presidencial panista. Como sus denuncias y propuestas no fueron atendidas, y dado que seguían las graves irregularidades, para protestar y para exhibir el autoritarismo del poder político, Rafael Preciado se retiró de dicha comisión semanas antes de la jornada electoral. El priísmo acusó a Acción Nacional de actitud «subversiva» y extremó las medidas fraudulentas y represivas.
Preciado Hernández insistió en que se trataba de defensa de principios. En la jornada electoral hubo electores con varias credenciales, clausura de casillas sin previo aviso y apertura de otras en lugares inhóspitos, casillas donde se aceptaba el voto sin credencial, expulsión de representantes de casilla, etcétera. El fraude fue escandaloso. Los panistas salieron a protestar, pero se encontraron con violentos grupos de choque. El PAN decidió no aceptar los resultados y pidió a los seis candidatos panistas a diputados, a quienes les habían sido reconocidos sus triunfos, que renunciaran a esos escaños. Cuatro de ellos no aceptaron y fueron expulsados del PAN. El gobierno extremó las condiciones represivas contra la protesta panista.
En 1960 González Luna impulsaba el proyecto de hacer una sólida revista abierta al público en general. Veía como un grave problema que, dado un terrorismo intelectual por una parte y una sumisión de los intelectuales por otra, quedarían pocas personas que se pudieran atrever a escribir en una revista como la que estaban ideando Gómez Morin y González Luna. Se quejaba de que se les habían puesto tantas etiquetas que ya sólo muy contados se animarían a ver lo que existía detrás de ellas. Gómez Morin insistía en que fuera González Luna quien asumiera la dirección de la revista, pero éste aseguraba que estaba contraindicado para aceptar esa dirección, pues la revista quedaría expuesta dada la situación de persecución legal que el gobierno mantenía contra él, además de que experimentaba una disminución de sus capacidades de lectura debido a que se le estaba formando una catarata. Entonces Rafael Preciado Hernández se mostró abierto a dirigir la revista; pero el proyecto de esta nueva publicación (además de la partidaria) no fructificó. En 1962, cuando en el PAN tenían que renovar su dirigencia nacional, Rafael Preciado Hernández, destacando que había sido su discípulo, habló a favor de la candidatura de Adolfo Christlieb Ibarrola (1919-1969).
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