Carlos Castillo Peraza |
El tiempo nacional y el papel del partido en el México de hoy, no nos permiten irresponsabilidades ni atentados contra la unidad de Acción Nacional. Somos hoy punto de referencia para los mexicanos, en la medida que somos un partido fuerte por su doctrina, fuerte por su democracia interna, fuerte por los votos de millones de mexicanos, fuerte porque ha optado por la vía de la legalidad, del derecho, de la tranquilidad que procede del orden justo, por la paz.
Cuidar al país y cuidar al partido son nuestras tareas. Cuidar al país, porque sería inmoral contribuir a su devastación so pretexto de que, sobre sus ruinas, llegaríamos más pronto a gobernarlo. No, no aspiramos a victoria alguna sobre sangre, hambre o guerra generalizados, ni a partir de radicalismos verbales que son siempre el preludio de enfrentamientos físicos de los que nunca sale victoriosa la democracia, sino el más fuerte físicamente. El triunfo del más fuerte nunca ha generado el bien común, sino el bien del más fuerte.
Lo repito una vez más: nuestra vocación es la de ser gobernantes, no arqueólogos. No aspiramos a administrar ruinas, sino un país justo, desarrollado, en proceso de perfeccionamiento social, económico, político y cultural constante. No tengamos temor de reconocer lo bueno, de donde quiera que venga, ni temamos denunciar y combatir lo malo sin importar su procedencia. Mantengamos la apuesta por nosotros mismos.
Cuidemos también al partido, ya que es el instrumento que elegimos libremente para cuidar al país. No apostemos a la catástrofe, a la ingobernabilidad, a la violencia o a la venganza como rutas para llegar al poder, porque tales caminos han llevado históricamente a todos los autoritarismos. Construyamos cada día la fuerza unida, capacitada, adiestrada, formada, coherente, serena, responsable, democrática, lista para asumir en cualquier momento responsabilidades mayores, capaz de dar a la nación justicia, libertad y aptitud de relación soberana.
Cuidemos también al partido, ya que es el instrumento que elegimos libremente para cuidar al país. No apostemos a la catástrofe, a la ingobernabilidad, a la violencia o a la venganza como rutas para llegar al poder, porque tales caminos han llevado históricamente a todos los autoritarismos. Construyamos cada día la fuerza unida, capacitada, adiestrada, formada, coherente, serena, responsable, democrática, lista para asumir en cualquier momento responsabilidades mayores, capaz de dar a la nación justicia, libertad y aptitud de relación soberana.
En efecto, hoy en esta difícil hora de México, somos Acción Nacional. A pesar de nuestras flaquezas, de nuestros defectos, de nuestros errores, de nuestras fallas, de nuestras deficiencias, de nuestras mezquindades, de todo el peso de nuestro ser falible de hombres, seguimos siendo el único partido estable, democrático, reflexivo, punto de referencia para millones de conciencias que han optado por la paz. Mantengámonos así. Mejoremos. Lancémonos a darnos una nueva dimensión a la altura de los tiempos y las responsabilidades que nuestra propia acción ha contribuido a crear, a la altura de las responsabilidades que hemos asumido, a la altura de las exigencias ciudadanas, a la altura de nuestras propias esperanzas y de nuestros propios ideales.
Hoy, mucho más que antes, mucho más que nunca, es por México...
Continuara
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